domingo, 14 de febrero de 2010

COMUNIDAD DE MADRID S.A. COMENTARIO POLÍTICO POR EDUARDO SOTILLOS

La necesidad de que Esperanza Aguirre abandone en 2011 la presidencia de la Comunidad de Madrid ha dejado de ser una legítima aspiración a la alternancia política para convertirse en una operación de urgencia a fin de salvaguardar los pilares básicos del Estado de Bienestar, cuya gestión, en beneficio de seis millones de ciudadanos, corresponde en gran medida al gobierno regional.
La implacable aplicación por parte de Esperanza Aguirre de su ideología ultra liberal, en la que cuenta con el respaldo de sus “intelectuales orgánicos” y de núcleos empresariales directamente beneficiados, avanza a pasos agigantados en todos los sectores en los que existe la posibilidad de negocio privado. Aquel mensaje impreso de Güemes publicitando un acto-con entrada de pago-para exponer sus ideas sobre Sanidad, con mención expresa a conocer las oportunidades de negocio existentes, no era un verso suelto. Hoy, la Sanidad Madrileña se encamina hacia la privatización, al igual que la asistencia social a los mayores o la Educación.
Recomiendo la lectura reflexiva del artículo que José Manuel Freire, profesor de la Escuela Nacional de Sanidad e impulsor del grupo de trabajo de profesionales que está elaborando el Libro Blanco de la Sanidad, cuyas líneas fundamentales presentaron hace unos días al PSM para su toma en consideración, ha publicado en el diario El País el domingo. Anticipo estos párrafos: “En una sociedad como la nuestra, los servicios públicos, y de un modo especial educación y sanidad, están basados en valores compartidos de solidaridad, igualdad y justicia social”. La mejor forma de reforzarlos es hacer que sean buenos”. Ese ha sido siempre, por cierto, el mensaje transmitido desde el PSM.
Frente a las ideas de Freire, en el mismo diario se publican las de Rafael Pampillón, catedrático del CEU y profesor del IE Business School, firmemente partidario de las privatizaciones, hasta el punto de pedir que se realicen en el caso del Canal de Isabel II, Caja Madrid y Telemadrid. Respecto a esta última, su argumentación es transparente y engañosamente seductora. Porque, ¿quién se atreve a negar lo que dice?: “…es muy difícil defender su presencia como empresa pública (servicio público) cuando emite programas y contenidos parecidos y competitivos a los que ofrecen las cenas privadas”
La trampa está en que Telemadrid no debería mirarse en las privadas sino en el modelo de Televisión Española, tan próxima geográficamente, pero tan alejada en el tratamiento político a los gobiernos de sus distintos ámbitos de referencia. De la servidumbre al “distanciamiento” hay un gran paso. Telemadrid, en la práctica, ya está privatizada por el grupo mediático “E.A. y asociados”. Ahora, lo que propugna el profesor Pampillón y ejecuta Esperanza Aguirre es extender la ola mercantilista al conjunto de la Comunidad y sustituir el Consejo de Gobierno por un Consejo de Administración que coordine la gestión privada de los servicios en “Comunidad de Madrid, S.A) Aunque la última aspiración sea la de formar una Sociedad Limitada.

Texto tomado de la web PARTIDO SOCIALISTA DE MADRID

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